miércoles, 10 de junio de 2009

+historia

Los '70 [editar]

Music Man Stingray. La posición de la pastilla hace de este bajo un instrumento ideal para "slappers".
La años 70 asistieron a la fundación de la compañía Music Man por parte de Leo Fender, cuyo buque insignia era el modelo Stingray, el primer bajo producido en serie con electrónica activa, esto es, con un preamplificador incorporado que permite disminuir la impedancia de la circuitería de la pastilla incrementando el volumen de salida y posibilitando la ecualización activa del instrumento. Distintos modelos se fueron identificando con estilos de música particulares, y, así, el modelo 4001 de Rickenbacker se asociaba con bajistas de rock progresivo como Chris Squire de Yes, mientras que el Stingray de Music man se identificaba con el estilo funk del bajista de sesión Louis Johnson.
En 1971, Alembic estableció el patrón que identificaría a lo que desde entonces se ha venido en llamar "boutique basses", instrumentos de gama alta y elevado precio construídos a medida de los requerimentos específicos del cliente, que frecuentemente mostraban sofisticados diseños y elaborada electrónica, y que estaban construídos con maderas preciosas (o con otros materiales alternativos como el grafito) por luthiers especializados que usaban técnicas de construcción innovadoras como el diseño "Neck-thru" multilaminado, donde el mástil, en lugar de estar atornillado al cuerpo lo recorre en su integridad. Desde mediados de los '70, Alembic y otras compañías (como Tobias o Ken Smith Basses comenzaron a producir bajos de cuatro y cinco cuerdas (una cuerda extra afinada en Si grave); en 1975 el bajista Anthony Jackson encargó al luthier Carl Thompson la realización de un bajo de seis cuerdas afinado Si-Mi-La-Re-Sol-Do (para más información véase el artículo: Bajo de rango extendido)

De 1980 en adelante [editar]

Uno de los primeros bajos Steinberger, de principios de 1980
Con la llegada de la década de los '80 luthieres e ingenieros continuaron explorando nuevas posibilidades. Ned Steinberger presentó un bajo sin cabezal ni cuerpo ya en 1979 para continuar con sus investigaciones, como el uso de materiales alternativos como el grafito, o la palanca de trémolo para el bajo, presentada en 1984. En 1987 la compañía Guild lanzó su modelo Ashbory, un instrumento fretless de dimensiones reducidísimas (escala de 18 pulgadas) que usaba cuerdas de silicona y una pastilla piezoeléctrica, y que ofrecía una simulación más que aceptable del sonido del contrabajo acústico. A finales de la década de los '80 el show "Unplugged" de la cadena musical norteamericana MTV ayudó a popularizar los bajos acústicos, de caja hueca pero amplificados mediante pastillas.
Durante la década de los '90 los bajos de cinco cuerdas se fueron haciendo progresivamente más comunes y accesibles, y un número cada vez mayor de bajistas -de géneros tan dispares como el metal y el gospel comenzaron a utilizarlos para aprovechar sus nuevas posibilidades. De modo paralelo, la circuitería activa dejó de estar reservada a los instrumentos de gama alta para ir siendo incorporada progresivamente a instrumentos de series más económicas.
Durante la década siguiente, algunos fabricantes incluían circuitos de modelado digital incorporados directamente en sus instrumentos, que conseguían así simular los sonidos característicos de los bajos más conocidos (ej: Variax Bass, de la firma Line 6). A pesar de estas innovaciones, los diseños tradicionales prevalecieron entre el público general, y los modelos Precision y Jazz de Fender continuaron contando con su favor. En el 2006, Fender celebró el 60 aniversario de su P-bass con una reedición especial de su famoso instrumento, al tiempo que presentaba su modelo Jaguar.
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