miércoles, 10 de junio de 2009

Material

La mayor parte de los saxofones, tanto los antiguos como los modernos, están fabricados en latón. A pesar de ello, son clasificados como instrumentos de viento-madera más que como instrumentos de viento-metal porque las ondas sonoras son producidas por una caña oscilante, no por los labios del intérprete contra una boquilla, como ocurre en los metales, y porque se producen notas diferentes abriendo y cerrando llaves. El latón es usado para fabricar el cuerpo del instrumento, el soporte de las almohadillas, las barras que unen las almohadillas a las llaves, las propias llaves y los soportes que sostienen las barras y llaves al cuerpo del instrumento. Los tornillos que unen las barras a los soportes y los muelles que hacen que las llaves vuelvan a su posición inicial después de ser liberadas, generalmente están fabricados de acero inoxidable. Desde 1920, la mayor parte de los saxofones tienen llaves de tacto (que son piezas decorativas lisas colocadas donde los dedos tocan el instrumento) fabricadas de plástico o de nácar.
Se ha intentado fabricar saxofones con otros materiales, con distintos grados de éxito, como el saxofón Grafton de plástico fabricado en los años 1950. Unas empresas, como Yanagisawa[6] y Bauhaus Walstein,[7] han construido modelos de saxofón de bronce al fósforo (una aleación de 3,5 al 10% de cobre con un alto porcentaje de fósforo, superior al 1%) debido a sus calidades tonales ligeramente diferentes de este material.[8] Por ejemplo, aunque sus diseños sean idénticos dejando a parte el metal usado, el Yanagisawa A992 y el T992, fabricados con bronce al fósforo, suenan perceptiblemente "más oscuros" que el A991 y el T991, fabricados de latón. Un saxofón construido con bronce al fósforo es más pesado que uno de latón, debido a su contenido más alto de cobre, que le da una masa mayor. Tanto Yanagisawa como algunos otros fabricantes han fabricado cuellos de saxofón o instrumentos enteros con plata Sterling,[9] cobre, alpaca o materiales sintéticos. Los saxofones de Canonball de Salt Lake City (Utah) usan principalmente metales sin cobre en sus procesos de fabricación; como por ejemplo el revestimiento de níquel negro anodizado.[10] Julius Keilwerth desarrolló un saxofón con un cuerpo de alpaca como el de una flauta travesera, con un revestimiento de níquel negro.[11]
Después de completar el instrumento, los fabricantes por lo general aplican un revestimiento fino de laca acrílica o son chapados en plata sobre el latón desnudo. La laca o el chapado sirven para proteger el metal de la oxidación y mantienen su aspecto brillante. A lo largo de los años se han usado diferentes tipos y colores para la superficie del instrumento. También posible chapar el instrumento con níquel u oro.[12] El chapado con oro de los saxofones es un proceso caro porque el oro no se adhiere directamente al metal. Por consiguiente, el metal es cubierto en primer lugar de plata (que se adhiere al instrumento) y luego chapado de oro sobre la capa de plata.
Hay quienes argumentan que el tipo de lacado o chapado, o su ausencia, puede realzar la calidad sonora de un instrumento. Los posibles efectos de los diferentes acabados sobre el tono son un asunto fuertemente discutido, no menor porque otras variables pueden afectar los timbres de un instrumento, como por ejemplo el diseño de la boquilla y las características físicas del intérprete. En cualquier caso, el hecho de que constituya un tono agradable es un asunto de preferencia personal y los gustos varían.[13] [14]
Clases de guitarra en Bogotá
Clases de organeta en Bogotá

No hay comentarios:

Publicar un comentario